Teresa aprendió que lo malo no era la espera sino las cosas
que imaginas mientras esperas.
Teresa reflexiona sobre el tiempo, el poder, placer y
recuerdos así mismo ella viéndose más grande que antes.
Los recuerdos del Güero Dávila y Culiacán, y el análisis que se hacia ella
mirándose al espejo.
Nos habla acerca de Santiago Finisterra, de la vida de este,
su barco (descripción de cómo era) , sus
negocios, su tecnología que tenía en el barco y como era la corrupción marroquí
y la del norte.
Nos relata cómo conoció Óscar Lobato reportero del Diario
Cádiz gracias a Santiago.
Nos da una descripción de los contrabandistas llanitos y sus
mujeres.
Nos indica como a Teresa le gustaba la comida española en
especial la del Bernal, los lugares que frecuentaba para desayunar o comer.
La mejicanita (Teresa) estaba feliz ya que el último año
ella había aprendido mucho acerca de España, el mar, los barcos y del negocio
además de siempre estar al pendiente de la Aduanera (patrullas y helicópteros).
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