En este capítulo, el
periodista, comienza su investigación en Culiacano, Sinaloa. Entrevista a las
primeras personas; Julio Bernal, Director Cultural del Municipio, y el escritor
Elmer Mendoza; que le darían una vaga referencia en los inicios de Teresa Mendoza,
cuando ella no era nadie.
Todo empezó con el “Güero
Dávila”, un narco famoso, y otros personajes que de una u otra forma movieron
los hilos en esta historia.
Julio Bernal que tenía una
amiga que tenía un sobrino relacionado con los negocios de Cesar Batman Güemes;
quien mato al Güero Dávila; lo invito a una fiesta y ahí convivio con el César
Güemes.
En dicha fiesta el Güemes le
conto quien era el “Güero Dávila”. Teresa Mendoza era una de tantas; jovencita,
callada, la chava del narco. Solo eso.
El “Güero” era un narco
cumplido, apuesto, simpático. Generoso con los amigos. Era el amigo del
“Güemes”. El Güero empezó de joven, llevando hierba oculta en las cajuelas de
los carros a la Unión Americana. Tiempo después se empeñó en volar y se pagó
sus calces de aviación civil.
Como piloto era bueno, el
mejor, de los que no tienen comparación.
Adecuado para aterrizajes clandestinos en pequeñas pistas ocultas entre la
sierra o para vuelos de baja altura. Fue llamado “El Rey de La Pista Corta”. El
Güemes y el Güero eran socios.
Empezaron rumores de que el
Güero trufaba mercancía suya entre la ajena, aprovechando los viajes para
negocios propios.
Así que alguien le puso un
cuatro. Se lo tendieron en la misma pista de aterrizaje. Cuando se vive
torcido, no hay otra que trabajar derecho. Al momento de llegar a la pista no
observo nada raro, así que, decidió aterrizar. Mientras aterrizaba alcanzo a
ver una troca y muchos hombres; así que empozo a subir de nuevo. Todos los
hombres en tierra le dispararon y hasta que se fue a estrella a cosa de cien pasos.
Teresa, asustada, llamo a don
Epifanio Vargas, que era, por así decirlo, un narco retirado; que había sabido cómo
salirse de esos negocios y que ahora tenía los suyos, legales e ilegales.
Epifanio era amigo del Güero y
él fue como su mentor. El Güero le tenía absoluta confianza. Así que Teresa
también.
Don Epifanio accedió por
teléfono a la cita. En la capillada de Malverde. Esa, Teresa, guardaba para él
aquella agenda del Güero.
Al llegar don Epifanio a la
capilla le explico que habían encontrado el cuerpo del primo del Güero y a toda
su familia muerta. Que buscaban algo.
Teresa saco la agenda y se la entrego.
Don Epifanio le pregunta at Teresa que si había leído algo de lo que
ahí estaba escrito. Temblorosa le dice que no.
Don Epifanio se da la vuelta y
camina hacia su troca. Teresa le pide ayuda. A lo que Epifanio le dice que no o
puede hacer. . Que no se puede ver implicado en esos asuntos.
Terrea le pide que hable con
ellos y que le diga que ella no sabe nada. A lo que Epifanio e niega.
Don Epifanio solo le puede
recomendar que se esconda, que se vaya
del país por un tiempo. Que se
esconda bien.
La hembra de una narco. Una
chava como tantas, callada, ni demasiado bonita ni demasiado fea. Es así como
empieza la historia de La Reina del Sur.
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