BIENVENIDO a este Blog, que está dedicado al libro de Arturo Pérez Reverte"LA REINA DEL SUR" Una historia cautivadora hecha leyenda de Teresa Mendoza una mujer en un mundo de hombres.
Es un trabajo hecho por estudiantes de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación para estudiantes. A lo largo de este Blog podrás encontrar, el libro en PDF, información sobre el autor, así como sinopsis de cada uno de los Capítulos.
El primer capítulo, narra el
autor la historia de Teresa Mendoza la mujer más buscada por las autoridades e
involucrada con el narco. El autor realiza una narración de como vivió los
momentos para obtener la última parte de este libro y con quienes se tuvo que
enfrentar.
Teresa Mendoza es una mexicana nacida
en el estado de Culiacán, Sinaloa quien se enamoró de Raimundo Dávila Parra
conocido como el Güero. La historia comienza cuando un día ella se encontraba
en su casa dando se una ducha en la bañera, a su lado tenia te quila y
escuchaba música de un narcocorrido, cuando de repente empezó a sonar un
celular, se dio cuenta en ese momento que no era el de ella, si no, era aquel
celular que el Güero Dávila le dejo y le dijo que si algún día sonaba, era
porque lo habían matado, y que corriera los mas que pudiera porque irían detrás
de ella. Es así como Teresa Mendoza salió huyendo de la casa donde vivía, con
el Güero Dávila, ubicada en la colonia
Chapultepec; tomo las cosas más necesarias dinero, su pasaporte, una bolsa y se
cambió lo más rápido que pudo.
Con miedo ella camina las calles esperando que
no la encontraran, hasta que llego a unas casa donde solo Dávila se reunía
nadie sabía de ese escondite pero no fue así porque mientras Teresa pensaba que
hacer, como iba a escapa encontró un paquete de coca una pistola, dinero y todo
lo guardo en su bolsa cuando de repente atrás de ella ya estaba el Gato Fierros
y Pote González para acabar con ella. Ellos fueron enviados por Epifanio Vargas
un hombre con mucho poder en Sinaloa. El Gato Fierros la empezó a golpear para
aprovecharse de ella le desgarro la ropa de que lleva, su bolsa de Teresa se
encontraba a un costado de ella alcanzo a tomar la pistola y le soltó un tiro
de quijada al Gato Fierros y empezó a huir, acorrer lo más que pudo.
En este capítulo, el
periodista, comienza su investigación en Culiacano, Sinaloa. Entrevista a las
primeras personas; Julio Bernal, Director Cultural del Municipio, y el escritor
Elmer Mendoza; que le darían una vaga referencia en los inicios de Teresa Mendoza,
cuando ella no era nadie.
Todo empezó con el “Güero
Dávila”, un narco famoso, y otros personajes que de una u otra forma movieron
los hilos en esta historia.
Julio Bernal que tenía una
amiga que tenía un sobrino relacionado con los negocios de Cesar Batman Güemes;
quien mato al Güero Dávila; lo invito a una fiesta y ahí convivio con el César
Güemes.
En dicha fiesta el Güemes le
conto quien era el “Güero Dávila”. Teresa Mendoza era una de tantas; jovencita,
callada, la chava del narco. Solo eso.
El “Güero” era un narco
cumplido, apuesto, simpático. Generoso con los amigos. Era el amigo del
“Güemes”. El Güero empezó de joven, llevando hierba oculta en las cajuelas de
los carros a la Unión Americana. Tiempo después se empeñó en volar y se pagó
sus calces de aviación civil.
Como piloto era bueno, el
mejor, de los que no tienen comparación.
Adecuado para aterrizajes clandestinos en pequeñas pistas ocultas entre la
sierra o para vuelos de baja altura. Fue llamado “El Rey de La Pista Corta”. El
Güemes y el Güero eran socios.
Empezaron rumores de que el
Güero trufaba mercancía suya entre la ajena, aprovechando los viajes para
negocios propios.
Así que alguien le puso un
cuatro. Se lo tendieron en la misma pista de aterrizaje. Cuando se vive
torcido, no hay otra que trabajar derecho. Al momento de llegar a la pista no
observo nada raro, así que, decidió aterrizar. Mientras aterrizaba alcanzo a
ver una troca y muchos hombres; así que empozo a subir de nuevo. Todos los
hombres en tierra le dispararon y hasta que se fue a estrella a cosa de cien pasos.
Teresa, asustada, llamo a don
Epifanio Vargas, que era, por así decirlo, un narco retirado; que había sabido cómo
salirse de esos negocios y que ahora tenía los suyos, legales e ilegales.
Epifanio era amigo del Güero y
él fue como su mentor. El Güero le tenía absoluta confianza. Así que Teresa
también.
Don Epifanio accedió por
teléfono a la cita. En la capillada de Malverde. Esa, Teresa, guardaba para él
aquella agenda del Güero.
Al llegar don Epifanio a la
capilla le explico que habían encontrado el cuerpo del primo del Güero y a toda
su familia muerta. Que buscaban algo.
Teresa saco la agenda y se la entrego.
Don Epifanio le pregunta at Teresa que si había leído algo de lo que
ahí estaba escrito. Temblorosa le dice que no.
Don Epifanio se da la vuelta y
camina hacia su troca. Teresa le pide ayuda. A lo que Epifanio le dice que no o
puede hacer. . Que no se puede ver implicado en esos asuntos.
Terrea le pide que hable con
ellos y que le diga que ella no sabe nada. A lo que Epifanio e niega.
Don Epifanio solo le puede
recomendar que se esconda, que se vaya
del país por un tiempo. Que se
esconda bien.
La hembra de una narco. Una
chava como tantas, callada, ni demasiado bonita ni demasiado fea. Es así como
empieza la historia de La Reina del Sur.
Dentro de este capítulo, el
autor narra como fue su reencuentro con un ex comisario de policía, amigo suyo
desde hace dos décadas, y a quien le cuestionaba acerca de Teresa Mendoza; fue
en ese momento cuando al fin supo con más precisión y no por rumores, de la
existencia de Santiago López Fisterra, alias El Gallego.
El ex comisario lo llevó
con otro amigo suyo, Dris Larbi, mismo que le dio más información de la
mexicana y mencionó que algún tiempo trabajo para él en un bar, pero nunca como
puta, sino como camarera y cajera.
Durante el capítulo, se
hace mención a que la llegada de Teresa a aquel bar en Marruecos, fue por
favores de amigos de ella, de igual manera que se remonta a
su vida en Sinaloa, a lado de el Güero Dávila; hasta que una ocasión, en el bar
Yamila, donde ella trabajaba, conoce a un hombre bronceado y de hermosos ojos
verdes, con un tatuaje de Cristo en la Cruz en el antebrazo derecho. Era El
Gallego.
Este
capítulo nos habla del musulmán Dris Larbi que era un hombre tranquilo, atento
al negocio, no le gustaba meterse en la vida privada de sus chicas. Había
cruzado la frontera a los 10 años con una caja de limpiabotas bajo el brazo y
menos papeles de un conejo de monte, poseía de DNI español, votaba en las elecciones y mataba a
su cordero el día de Aid el Adha y pagaba impuestos sobre los beneficios
declarados en sus negocios oficiales, tenía tres clubs de alterne que
facilitaban el tráfico de migrantes él lo llamaba (tránsito privado), donde llevaba 30
personas por el viaje con desembarcos clandestinos en las playas Andaluza,
mediante barcos pesqueros, lanchas que salían de la costa marroquí, había
recogido a Teresa con un par de coches y cuatro europeas para llevarla al otro
lado de la frontera. Teresa la mejicanita que había llamado su atención por la
forma en que se desenvolvía, veces la seguía, en una ocasión ella estaba con
Santiago Fisterra apodado “El gallego” y decidió advertirle sobre que, era de
los que no se quedaba o son los que matan,
pero ella sabía mucho más que él en esa cuestión. Y tanto lo sabía que tenía una foto en la cartera de ella y el güero
Dávila, dónde le hacía recordar aquellos
buenos momentos.
Santiago Fisterra “El gallego” le comento a
Teresa que se iba a ir de viaje por una semana por trabajo. Santiago O Grove un gallego, proveniente de
un pueblo de pescadores de la Ría Arosa, tenía 32 años de edad, trabajo para
los amos da fume los capos de las redes contrabandistas que operaban en los
Ríos Gallegos: Charlines, sito, Minaco y
hermanos Pernas, el informe de aduanas lo situaba en Villagarcía como patrón de
una lancha planeadora del clan de los Pedro Quiñones conocida familia de
contrabandistas de tabaco. Su trabajo era pilotear lanchas rápidas que alijaban la
trasportación de tabaco y drogas.
Un día mientras era perseguido Fisterra y su
copiloto Lalo Veiga encendieron una luz para deslumbrar a los perseguidores y
los aduaneros chocaron contra una batea, hubo como resultado un muerto, se rumoraba que Dris Larbi lo había delatado,
para alejarlo de Teresa, pero no se comprobó su intervención.
Cuando Santiago
regreso un mes después, de su viaje
Teresa se alegró ya que no esperaba volver
a verlo, le dijo que habían trincado a Lalo Veiga en una de sus redadas, mientras eran perseguidos, Veiga cayó
al agua y lo mataron, esa noche Santiago tuvo pesadillas y poco a poco le fue
narrando a Teresa lo sucedido. Teresa desconcertada se miró en el espejo buscó
la foto con el güero Dávila, la partió a la mitad guardo sólo la parte donde
estaba ella y quemo la otra mitad.
El capítulo empieza con Teresa contemplaba el paisaje, el
sonido de mar y la radio frecuencia. Además nos da una descripción del paisaje
marroquí.
Teresa aprendió que lo malo no era la espera sino las cosas
que imaginas mientras esperas.
Teresa reflexiona sobre el tiempo, el poder, placer y
recuerdos así mismo ella viéndose más grande que antes.
Los recuerdos del Güero Dávila y Culiacán, y el análisis que se hacia ella
mirándose al espejo.
Nos habla acerca de Santiago Finisterra, de la vida de este,
su barco (descripción de cómo era) , sus
negocios, su tecnología que tenía en el barco y como era la corrupción marroquí
y la del norte.
Nos relata cómo conoció Óscar Lobato reportero del Diario
Cádiz gracias a Santiago.
Nos da una descripción de los contrabandistas llanitos y sus
mujeres.
Nos indica como a Teresa le gustaba la comida española en
especial la del Bernal, los lugares que frecuentaba para desayunar o comer.
La mejicanita (Teresa) estaba feliz ya que el último año
ella había aprendido mucho acerca de España, el mar, los barcos y del negocio
además de siempre estar al pendiente de la Aduanera (patrullas y helicópteros).